El fin de semana pasado monté a caballo por primera vez en mi vida y con este bello animal de la foto aprendí varias lecciones importantes.

La primera es que me daba cuenta de que mi caballo quería ir más rápido de lo que yo me sentía cómoda y segura, quería estar casi a la cabeza del grupo y yo quería ir más despacio, por miedo a caer…

Para mí fue un símil de cómo a veces la vida quiere que avancemos, pero nosotros mismos nos bloqueamos y limitamos de llegar más lejos o más rápido. Nosotros mismos hacemos las cosas más difíciles, o las vemos más arriesgadas de lo que en verdad son.

El segundo hecho curioso que me sucedió es que cuando llegamos al final de la ruta, Portuguesa (así se llama la yegua), entró en el establo como Pedro por su casa, haciendo caso omiso a mis intenciones.

Me di en la cabeza con una viga que había en el techo, la suerte fue que yo era, precisamente, la única que llevaba casco del grupo de 16 personas que fuimos juntos en la ruta. Todo quedó en un susto o una llamada de atención, como queramos verlo.

La enseñanza que me llevé es que si tu no tomas las riendas de tu vida para dirigirte con determinación y confianza a donde en verdad quieres, la vida te llevará adonde no quieres ir, para que aprendas la lección. Portuguesa me llevó hasta su box, como diciendo: !Eh maja, si tu no decides, decido yo por ti.! 😉

Definitivamente no tuve determinación para llevar sus riendas, como ella me vio insegura, puso ella sus normas y decidió por mi.

¿Te pasa esto en algún área de tu vida?

Yo he tenido esta semana para reflexionar y observar esos aspectos de mi vida en los que no estoy tomando las riendas con determinación para dirigirme a donde realmente quiero o en esas áreas en las que la vida quiere que avance pero yo tengo miedo de avanzar y me voy frenando a mi misma.

Te propongo que reflexiones con estas preguntas:

¿Me estoy dirigiendo a donde realmente quiero?
¿Voy por el camino de mis sueños o estoy andando el camino equivocado?
¿Estoy trabajando verdaderamente por mis sueños o por los sueños de otros?
¿Cuál es el ritmo al que quiero andar este camino?
¿Llevo yo las riendas de mi vida o las llevan las circunstancias externas y voy dando palos de ciego?

Quizás a veces esto nos pasa porque ni siquiera sabemos a dónde queremos ir y esta es la manera más segura de darnos de bruces para que espabilemos.

El Riesgo Más Peligroso de No Tomar las Riendas de tu Vida

El riesgo más peligroso de no tomar las riendas de tu vida, es acabar en un camino que no vibra contigo, que no es coherente con quien realmente eres o quién quieres ser.

El riesgo más peligroso de no tomar las riendas de tu vida, es perderte la oportunidad de crear el impacto en el mundo que sólo tú puedes crear.

El riesgo más grande es que no hagas lo que en verdad quieres hacer, es levantarte en 20 años y desear que hubieras hecho un cambio hoy.

El mayor riesgo no es hacer algo, es no hacer nada.

Por favor haz algo, cualquier cosa. Nunca volverás a ser el mismo.

La vida te presentará señales, sentirás llamados en tu corazón, pero al final para poder manifestar esa posibilidad tendrás que elegir. Tendrás que elegir cuál crees que es tu misión y al menos intentarla y vivirla y ver cómo resuena contigo en el mundo real.

Al final va a ser una elección. Eres tú quien elige tomar las riendas y decir: Esta es mi misión y quiero seguir este camino.

Te deseo el amor, la confianza y el valor para comenzar a llevar las riendas de tu vida hacia el camino de tu mayor realización.

Descubre tu Pasión y Cambia tu vida haciendo lo que amas,

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