¡Hola tesoro!

Hoy quiero tocar tu corazón con un mensaje de amor y esperanza. Con un mensaje de fuerza.

Porque encontrar tu propósito de vida, porque seguir el camino alineado con nuestros valores y aspiraciones, no siempre es un camino fácil, se requiere de confianza en la vida, se precisa llenarnos de amor y esperanza ante cada obstáculo.

Quiero decirte que mi camino no ha sido precisamente fácil, he tenido muchos retos, momentos de dudas, de falta de confianza en mí, momentos de frustración y pesar, sin embargo, he aprendido que a través de los fracasos, de los momentos de dolor y de incertidumbre, nuestro camino se vuelve realmente significativo y transformador.

camino significativo y transformador

También he aprendido el valor de la resiliencia. La resiliencia es lo que emerge en esos momentos en los que crees que no puedes seguir adelante, cuando el mejor plan que hiciste se derrumba justo enfrente de ti.

La resiliencia es esa energía que brota en ti, cuando dices no estoy lista o listo para rendirme, no estoy listo para detenerme. Estoy cansada, cansado, pero no me voy a rendir, no voy a abandonar.

La resiliencia es ese espacio donde empiezas a decir las cosas que nunca pensaste que dirías y empiezas a hacer las cosas que nunca pensaste que harías, porque tú quieres ser la mujer o el hombre que siempre has sabido que querías ser.

la resiliencia

Hay un tiempo en tu vida en que tienes que ir en la búsqueda de algo que nunca pensaste que tenías que buscar, tienes que hacer algo que nunca pensaste que harías porque tú sabes que el hombre o la mujer que estás destinado a ser está al otro lado de esa búsqueda.

¿Y si el propósito de tu vida es transformar tus retos en oportunidades para expresar lo mejor que llevas dentro?

Desde la perspectiva del ser, nada es bueno o malo, puesto que todo son experiencias para expresar quienes somos. Es nuestro juicio de valor lo que las coloca en uno u otro lado de la balanza.

Cuando el buscador emprende el viaje hacia el conocimiento y expresión de la mejor versión de sí mismo, los retos tienden a aparecer. Y esto no es algo malo, es la naturaleza del proceso de nuestra evolución.

Cariño, no sé todas las dificultades que has pasado en tu vida, sin embargo puedo intuir que algunas has tenido y tal vez ahora mismo estés pasando por un momento difícil en tu vida personal o laboral.

Yo he tenido unos cuantos desafíos en mi vida: vivir en una dictadura, escasez económica, enfermedades, emigrar en la adolescencia, falta de confianza en mí misma, sentir que no sabía el camino que quería seguir, frustración profesional, etc….

Y hoy en día los retos también aparecen cada vez que busco pasar al siguiente nivel de mi evolución personal, profesional o espiritual. La diferencia es desde donde respondo a estos retos, intento que sea desde el Amor.

Me considero afortunada, porque esos retos se han convertido con el tiempo en grandes bendiciones. Los obstáculos de mi camino se convirtieron en propulsores de mi propósito de contribución hoy en día. Cada reto, con el tiempo, me trajo un regalo mucho más grande, que el dolor de atravesarlo en el momento que lo estaba viviendo.

​​​​​​​Esta es una de las formas más asombrosas de transformar los momentos difíciles de nuestra vida en oportunidades para expresar lo mejor que llevamos dentro:
Ver todo lo que nos pasa desde una perspectiva más amplia y dar las gracias.

Cuando aprendemos a ver todos los acontecimientos de nuestra vida como bendiciones, de alguna manera todos los acontecimientos de nuestra vida comienzan a bendecirnos.

Propósito

Cuando miramos el pasado de forma consciente, podemos comprender que todo lo que hemos vivido, nos ha traído valiosas enseñanzas y podemos sentirnos agradecidos.

Por tanto, si ahora estás viviendo algo que no es como lo quieres vivir, piensa que esto también se convertirá en una bendición, que esto que te está pasando está ahí para mostrarte algo que necesitas ver.

Dejamos de poner el foco en: ¿por qué me pasa esto a mí? y llevamos toda nuestra presencia a la pregunta: ¿Para qué me pasa esto a mí?

Entonces podemos extraer el mensaje que la vida quiere transmitirnos, y ya no sentimos que la vida está contra nosotros. Dejamos de ser víctimas para convertirnos en creadores conscientes de nuestra realidad.

Todo lo que nos pasa en la vida es una oportunidad para conocernos mejor a nosotros mismos, y también para darle un sentido a nuestras vidas.
Todos atravesamos por momentos difíciles, por crisis, enfermedades, fracasos, sufrimiento, rupturas, pérdidas, y todos esos momentos en la vida pueden convertirse regalos para encontrar tu propósito de vida, conocernos mejor a nosotros mismos, entrar en contacto con nuestro interior y poder ver esas partes de nosotros de las que quizás no somos conscientes.

Cuando llega un reto, una situación complicada, siempre nos está diciendo algo, por eso podemos aprovecharla para dar cambios en nuestra vida, para ver qué está ocurriendo a nivel inconsciente.

Todo lo que nos sucede viene a enseñarnos algo, viene a hacernos más fuertes, a darnos más sabiduría, a mostrarnos una nueva visión para nuestro camino de vida.

En lugar de rechazar lo que nos pasa, de resistirnos, o de luchar contra ello, podemos ver qué mensaje la vida nos trae en esa situación, qué podemos aprender, qué podemos mejorar en nosotros mismos. Qué podemos recoger de esa experiencia que luego podamos transmitir y ofrecer a otras personas para el mayor bien de todos.

Observa de tus experiencias de vida, de esos obstáculos que has tenido y que has sabido vencer, por ejemplo: rupturas sentimentales, enfermedades, pérdida del trabajo, etc. puedes observar esas situaciones difíciles que tú has sido capaz de superar, como parte de tu propósito de vida.

Todos tus retos y heridas pueden convertirse, gracias a un proceso consciente, en aprendizaje y crecimiento.

Mi propósito es recordarte la fuerza que hay en ti y todos los tesoros que hay en todo lo que has vivido y lo que hoy eres.

¿Cuántos de nosotros creemos que nuestras heridas y defectos, nos hacen débiles?

¿Cuántos de nosotros sentimos una sensación de vergüenza cuando otras personas perciben esas heridas y defectos?

Si lo percibes así, te esconderás, cubrirás quien eres con la sombra de tus miedos, y nadie podrá ver toda la belleza, la fuerza y la maravilla que habita en ti, ni siquiera tú.

Sólo aceptando y abrazando tu totalidad, que incluye todos tus retos, heridas, errores y cicatrices, es tesoro, el camino, a una vida plenamente vivida desde nuestra esencia.

Nuestros retos y heridas crean fuerza, cultivan aceptación, humildad y también valor.

Nuestras huellas más profundas siembran en nosotros las semillas de la compasión y expanden nuestros corazones para dar espacio para confortar y comprender a otros. Por eso sé que todas esas huellas de tu vida, te están marcando el camino hacia un propósito más grande.

Quizás pronto descubras, que en los retos que estás viviendo ahora, late el nacimiento de un propósito para ti. Nuestro propósito ayuda a sanar nuestras heridas y las heridas de otros.

Así que hagamos un pacto, en este momento. Amemos nuestras cicatrices, amemos nuestro camino de vida con sus aciertos y con sus errores, porque solo a través de ellos aprendemos.

Aceptemos nuestros miedos, nuestras heridas, y todos los obstáculos de este camino asombroso y misterioso que llamamos VIDA.

Un abrazo con todo mi Amor,

Zuzel Amelia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *