Me acuerdo perfectamente el día en que mi mente cambió con respecto a mi forma de ver la vida. Recuerdo perfectamente ese delicioso bocadillo que comíamos en un bar de Valladolid al que nos llevó mi madre. Era una tarde de domingo de esas que solíamos compartir en aquella época, todavía no te conocía mucho pero supe que estaba siendo el principio de una gran amistad.

No recuerdo bien como es la frase hecha…creo que es algo así como: “no importa cúan importantes sean las personas sino lo importante que te hacen sentir cuando estás con ellas”. Así me sentí yo aquella tarde, IMPORTANTE y fue gracias a ti. Ese día me enseñaste que se puede soñar en grande, que cualquier idea que tengas en la mente por muy disparatada que pueda sonar se puede hacer realidad, que tú puedes conocer a quien quieras y te propongas, que realmente puedes vivir una vida con la que siempre has soñado pero que no te atrevías a contar a nadie, que las grandes cosas o proyectos surgen en momentos como aquel, mientras comíamos ese delicioso bocadillo.

Ese fue el día en que mis pensamientos empezaron a tomar rumbo, ¿hacia dónde quería ir? ¿Lo que hacía en ese momento me apasionaba? ¿Quién quería ser yo en lo más profundo de mi ser?

Y entonces poco a poco empecé a responder estas preguntas, me sentía muy perdida, estaba descubriendo realmente lo que quería, aunque no fue una tarea fácil, aceptar que estaba estudiando una carrera que no me llenaba de emoción y donde estaba poniendo mucho empeño pero no el 100%, cambiar mi paradigma mental hacia el nuevo paradigma.

Pero gracias a ti cada vez iba confiando más en mí, gracias a tus sesiones de coaching y tus preguntas tan profundas que removían mi interior y que fueron resueltas cada vez más claramente, por fin descubrí lo que en este momento me hace feliz. Tomé unas cuantas decisiones y ahora puedo decir que amo lo que hago, que a pesar de las dificultades siento que estoy en el camino correcto y eso me llena de paz y confianza.

Tú me enseñaste que hay que seguir los latidos del corazón y expresar lo que uno siente por dentro y sobre todo me enseñas a amar cada persona o cosa que hacemos, porque como tú dices contra el amor no hay nada.

Todo el mundo debería conocerte, te admiro y doy gracias cada día por tenerte en mi vida.